Cada vez que cierro los ojos mientras estoy contemplando "La Naranja Mecánica" de Stanley Kubrick en mi mente puedo observar imágenes maravillosas, es como si por un momento hermanitos, algún gran pájaro
metálico de colores brillantes volase sobre mi habitación e hiciera que se me
erizaran todos los milunkos pelos del cuerpo. Porque sé bien que lo que estoy percibiendo hermanitos, es un trozo de la historia del cine, una inmortal película del cineasta más inmortal el cual la industria cinematográfica haya dado.
Ahí estaban Alex y sus tres Drugos o sea Pete, Georgie y Dim, sentados en el
Korova Milk Bar exprimiéndose las rasureras para encontrar algo con que ocupar
la noche. En el Korova Milk Bar servían leche plus, leche con venoceta o con
dicromina que es lo que estaban bebiendo, lo cual les aguzaba los sentidos y los
dejaba listos para una nueva sesión de ultra violencia.
Alex DeLarge es aquel joven criminal quien disfruta de la buena ultra violencia, y de
la música clásica del divino divino Ludwig van, también es el líder de una
pandilla criminal que se disfraza temáticamente habitualmente referenciada como
los Drugos. Alex y sus Drugos cometen asaltos y violaciones durante las noches,
además participan en peleas con otras pandillas animadas por música clásica la cual suena de fondo mientras cosas muy pero que muy feas suceden. Un mal día DeLarge fue
sorprendido por la policía cuando asesinó de algún tolchok a una Sunka
asquerosa dueña de cierta finca para el reposo, y sí queridos hermanitos luego fue sentenciado a 14 años en la prisión número 84-F. Después de pasar allí 2 años en
esa ratonera de fieras, recibiendo puntapiés y furtas de guardianes
desnaturalizados, rodeado por criminales y por pervertidos que babeaban debido a aquel joven chavalko tan apuesto. Sin embargo, Alex tiene los yarboles en su
lugar no permitiendo así que nada le tolchokee para obtener su libertad
condicional, pues videó el camino para ser libre sometiéndose voluntariamente al tratamiento del doctor Ludovico: una terapia experimental de
aversión hacia conductas criminales la cual desacomoda algunas tuercas dentro de su
quijotera, convirtiéndole en un individuo sin libre elección para reaccionar
ante ciertas situaciones cuya naturaleza pone a prueba la moral del ser, y de este evento
hermanitos es que proviene el título de la maldita película.
Fue en 1971 cuando Stanley Kubrick videó el camino, y a ritmo de la
novena sinfonía de Beethoven produjo, dirigió y adaptó a la pantalla grande la
novela homónima de 1962 escrita por Anthony Burgess; con excelentes pero ultra
violentos resultados. Muchos críticos y aficionados al cine consideran a
"La Naranja Mecánica" como una de las mejores películas jamás hechas,
aunque no faltó a quien le repateara dicho filme al considerarlo como una
influencia demasiado violenta para las generaciones jóvenes de aquellos años
setenta que transcurrían.
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