George Bailey es el tipo de persona que siempre piensa en los demás antes que en sí mismo, por esa razón suele meterse en aprietos. En 1919 cuando George sólo tenía 12 años de edad salvó la vida de su hermano Henry quien cayó en un estanque cercano al hielo, sin embargo, George obtuvo un resfriado que le infectó el oído izquierdo quedando sordo de ese oído. Trabajando en la farmacia del viejo Sr. Gower George salvo al viejo de envenenar a los pacientes, ya que se puso un poco perturbado al enterarse de la muerte de su hijo y mezcló mal los medicamentos. A la muerte de su padre George tuvo que dejar a un lado sus sueños para hacerse cargo del negocio familiar de los Bailey, negocio que se ha ganado el desprecio de Henry F. Potter, el hombre más rico y mezquino del condado.
Es víspera de navidad en 1945 y
las cosas no marchan bien para George, él parece haber enloquecido pues perdió una
suma importante de dinero que para él significaría ruina, escándalo y cárcel;
además llamó viejo imbécil a su tío y con esa actitud asustó a su esposa e
hijos, es más incluso insultó a la maestra de sus hijos. George parece estar al
borde del abismo pero como mucha gente ha rezado por él pronto recibe ayuda
celestial de su ángel guardián que intervine para salvarlo, concediéndole el
deseo de saber cómo serían las cosas si él nunca hubiera existido y quizá conocer
cómo serían las cosas si él nunca hubiera existido tiene un efecto perturbador
en George; a pesar de que su ángel guardián se lo repitió muchas veces, simplemente
no comprendió que estaba en un mundo
donde él nunca existió. Y cuando todo volvió a la normalidad, venga que George Bailey
corrió como un loquillo por las calles de su ciudad deseándole a todos una
feliz navidad mientras se dirigía a casa, donde la policía ya lo estaba
esperando para refundirlo tras las rejas. No obstante, la gente que quiere y
respeta a George Bailey al final organizó una colecta para sacarlo de apuros,
convirtiéndole en el hombre más rico del mundo porque la amistad de los seres que
le rodean vale más que el dinero para él.
"Qué bello es vivir", una película que
nos recuerda algo acerca de que la navidad no es la única época para dar sin
esperar nada a cambio, ya que no se requiere de un periodo de tiempo específico
para dar sin recibir y poder hacer eso de vez en cuando es algo realmente bello;
tal vez lo más maravilloso que hay.
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