domingo, 26 de mayo de 2019

Frankenstein


Están a punto de leer sobre la historia del doctor Frankenstein, un hombre de ciencia que quiso crear otro hombre a su propia imagen y semejanza sin tomar en cuenta a Dios. La historia de Frankenstein es una de las historias más extrañas que jamás se hayan contado, tiene que ver con los dos grandes misterios de la creación: la vida y la muerte. Creo que a más de uno le entusiasmará, o quizá les asuste e incluso hasta les horrorice.


Frankenstein deambula por los cementerios de Goldstadt junto a su jorobado y fiel asistente Igor, buscando partes de algún cuerpo u órganos frescos para crear al monstruo con el que jugará a ser dios e intentará darle vida. ¿Nunca has deseado mirar más allá de las nubes y de las estrellas, o saber por qué brotan los árboles y qué convierte a la oscuridad en luz? Si alguien dice esas cosas la gente lo llamaría loco, pero si el doctor Frankenstein pudiera descubrir tan sólo uno de esos misterios, lo que es la eternidad por ejemplo; a él le importaría un bledo que le considerasen desquiciado maldita sea.


Erróneamente la gente suele llamar Frankenstein al monstruo cuando en realidad es el nombre del Científico que creó al monstruo. Sin embargo, el doctor Henry Frankenstein cometió un grave error, colocó el cerebro anormal de un asesino en el cuerpo de su creación obteniendo como resultado del experimento aquel ser siniestro con suficiente maldad para matar. Por lo tanto durante el transcurso de la pelí el monstruo no se comportó muy bien que digamos, y de todas las maldades que hizo lo único que quizá no era tan maligno fue cuando jugueteó inocentemente con una dulce niñita a la que encontró recolectando girasoles a la orilla del lago, sin embargo; mientras jugueteaban aquel ser grotesco lanzó accidentalmente a la pequeña dentro del lago y la muy imbécil se ahogó porque no sabía nadar, entonces una multitud iracunda de aldeanos enfurecidos fue tras la pista del monstruo para lincharlo. Al parecer se ocultaba en un viejo molino de madera al cual los aldeanos no dudaron en encenderle fuego quemándolo vivo, o al menos eso es lo que creyeron aquellos soquetes.


Gracias a las benditas manos creativas de Jack Pierce quien en aquel entonces hizo de maquillista, Estudios Universal le dio una imagen casi definitiva al monstruo de la novela "Frankenstein", y junto con la aparición de malditos actores clásicos como Boris Karloff ayudaron a crear un auge en el cine de terror durante la década de los treinta. Fue una época maravillosa en la cual los actores principales del cine casi siempre eran los monstruos o también los cazadores de monstruos, dejando gratos momentos en la memoria de aquellos quienes fueron iluminados por primera vez con los colores plateados emanados por dichas cintas, y además pudieron escuchar a la banda sonora de una película como todo un adelanto tecnológico; a partir de su estreno en 1931 la cinta quedó incrustada en la cultura popular de manera tal que cualquier persona puede reconocer los elementos clásicos de "Frankenstein", incluso sin haber visto la pelí demonios.

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