viernes, 31 de mayo de 2019

Los Renglones Torcidos de Dios


¿Cuáles son esos Renglones Torcidos de Dios sobre los que nos habla esta reseña? Pues no son los de la canción de Mago de Oz sino los de la película de 1983, una adaptación del libro escrito por Torcuato Luca de Tena en 1979; ¡uf! Se ponen cada nombre.


Todo comienza cuando Alicia de Estrada interpretada por la estrella de las telenovelas mexicanas Lucía Méndez se interna voluntariamente en el manicomio de Santa Teresa, pero después no puede salir de la institución; vaya, así que no ingresó voluntariamente. Dentro de esta institución psiquiátrica podemos encontrar diferentes tipos de locos: hay uno muy inquieto al cual le apodan el jorobado, está otro personificado por Alejandro Camacho de aparente normalidad pero le tiene miedo al agua porque de niño tuvo un accidente en una piscina donde alguien murió o salió gravemente herido, y por último está mi lunático favorito uno que siempre está diciendo que el mundo se va a acabar, creo que le apodan el astrónomo o algo así.


Gonzalo Vega encarna el papel del doctor González Arellano quien siente simpatía por Alicia, debido a esta razón debe resolver el siguiente dilema: ¿es Alicia una maldita loca que intentó envenenar a su marido en tres ocasiones, o acaso es una agente secreta que se infiltro de incógnita en el manicomio para resolver un importante misterio? ¿Quién es Alicia? ¿Es sólo quién parece ser y no quién ella cree que es?


"Los Renglones Torcidos de Dios" de 1983, una película hasta cierto punto divertida e interesante con grandes actores del mundo de habla hispana o al menos de renombre, que trata sobre los laberintos de la mente enseñándonos que ahogar la locura es como intentar tapar y ocultar el sol con un dedo.

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