En 1940 el hombre invisible de
la novela escrita por H. G. Wells retorna a la pantalla grande por conducto de estudios
Universal, la película fue igualmente memorable que la original de 1933 y puede
que un poco más. Los efectos especiales fueron tan buenos que en esta ocasión creo
que incluso obtuvieron una nominación para el Óscar o algo así. Sin embargo, no
ganaron nada: qué cómo le van a dar el Óscar a una película de monstruos,
dijeron esos retrasados de la academia.
El actor clásico Vincent Price
en una de sus primeras apariciones en películas con cierto grado de suspenso y ciencia ficción interpreta
a Geoffrey Radcliffe, un supuesto homicida quien será ejecutado injustamente
pues él dice que no mato a nadie únicamente fue inculpado. El doctor Frank
Griffin hermano de aquel doctor Jack Griffin que aparece en la cinta original
inyecta a Geoffrey con un suero invisible para que pueda escapar de prisión,
vaya parece que según universal sólo los Griffin conocen el secreto de la
invisibilidad. Así que el señor Radcliffe escapa de la cárcel con la firme
intención de encontrar al verdadero asesino para desenmascararlo pero pronto enloquece
como efecto secundario del suero para la invisibilidad, y ya saben bien que con
un hombre invisible ligeramente perturbado del cerebro únicamente se discuten
temas de maldita gran importancia: como poder ilimitado, la dominación del
mundo o grandes riquezas, etc, etc. No obstante, Geoffrey Radcliffe logra sanar
para revelar la identidad del verdadero asesino y de paso asesinarlo, además cerca
del final se filmó una escena muy bonita con un espantapájaros que ningún fan
del hombre invisible debería perderse.
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