Desde el principio de la
civilización las muñecas han sido amadas por los niños, estimadas por los
coleccionistas y usadas en rituales religiosos como conductoras del bien o del
mal, bla bla bla yakiris makiris bla… Así es como comienza esta detestable
película de terror Norteaméricana llamada "Annabelle", dirigida por
el muy infeliz director de secuelas o precuelas insignificantes "John R.
Leonetti".
En el año de 1970 John
Form y su compañera sentimental la coleccionista de muñecas Mia Form
esperan a su primera hija, motivo por el cual John decide regalarle a su
esposa una muñeca bastante fea aún para esa época. Cierta noche una joven y un
joven miembros de algún culto satánico o algo así asesinan a los vecinos de
John y Mia pues luego intentarán asesinar a John y a Mia, sin embargo, antes de
lograr sus malignos objetivos ambos son baleados por la policía dentro de la
maldita casa. Entonces la joven perversa de nombre Annabelle Higgins ya moribunda
sostiene a la muñeca espantosa que le fue obsequiada a Mia, y mientras ella muere
pronuncia un extraño e inquietante conjuro para que su alma tome posesión de la
muñeca referenciando totalmente a la película "Chucky El Muñeco
Diabólico" lo que al parecer es lo mejor que hace esta pelí; la referencia
constantemente hacia otras cintas clásicas de horror que suele ser frustrante tal
y como lo hizo "El Conjuro" filme del cual deriva
"Annabelle", aunque en realidad existan producciones bien logradas
que contienen referencias a otras producciones, la persistente insistencia
sobre su maldita utilización es habitualmente bastante irascible para aquellos
quienes las entienden e igualmente para quienes no las entienden, especialmente
durante dichas secuela y precuela.
Cuando eventos extraños
comienzan a suscitarse inmediatamente John y Mia se deshacen de la muñeca y después
se mudan a un departamento, pero la muñeca siempre regresa al departamento a
lado de ellos porque está poseída por el espíritu de Annabelle Higgins demonios;
el resto de la película transcurre entre sustos baratos, referencias descaradas
a películas de terror exitosas de otras épocas, y una que otra escena con
buenos efectos especiales, pero sin mayor relevancia.
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