Un actor fetiche es un maldito
actor que aparece en muchas películas de la filmografía de un mismo director
generalmente en papeles protagónicos, esto se da por diferentes razones: ya sea
dependiendo del tipo de película que se esté rodando quizá el director se
inspira en las características del actor para crear cierta clase de personajes,
o porque el director se siente cómodo trabajando con dicho actor y cree que sus
capacidades actorales e histriónicas pueden ayudar al proyecto, o simplemente
por la expectativa de que cierta mancuerna director-actor produzca buenos resultados
comerciales, también podría ser que existiera atracción sexual entre el actor y
su director.
Entre las mancuernas más
reconocidas que hay está la del cineasta Martin Scorsese y Robert De Niro
quienes desde 1973 han colaborado juntos en un total de 8 películas, entre las
cuales varias están consideradas como algunas de las mejores filmaciones de todos
los tiempos. Aunque durante años recientes ha surgido en el corazón de Martin
Scorsese un nuevo fetichismo por el actor Leonardo DiCaprio, se espera que
pronto vuelva a colaborar con un decrepito De Niro.
A pesar de que en etapas tempranas
de su carrera como director la fantasía protagónico-fetichista de Tim Burton
era el actor Michael Keaton, después formó otra mancuerna famosa a lado de Johnny Depp con el cual ha colaborado en un total de 8 producciones durante un periodo de 22 años, entre
las que el actor tuvo que desempeñarse en perturbadores papeles sobre personajes sombríos y
tenebrosos maldita sea.
Quentin Tarantino a lo largo de
su trayectoria ha contado con diferentes actores fetiche entre los que se
destacan Samuel L. Jackson, Tim Roth, Michael Madsen y Uma Thurman. Estos son
los rostros más recurrentes del trastornado universo cineastico de Tarantino, aunque
ninguno haya protagonizado tantas películas dirigidas por él como las
mancuernas mencionadas anteriormente demonios.
El suspenso en estado puro con Alfred
Hitchcock y su actor fetiche James Stewart, aunque el maestro también inclinó su mirada hacia la clase y categoría de Grace Kelly e incluso hasta tuvo a los
dos en una misma maldita película.
No podemos olvidar a Sergio
Leone y Clint EastWood que juntos lograron grandes hazañas en el viejo oeste
dominando el género del spaghetti western, con tres famosas películas conocidas también como la "Trilogía
del Dólar", convirtiendo a un duro Clint EastWood en el prototipo de
antihéroe dentro de las imbéciles películas italianas sobre malditos vaqueros sanguinarios.
Tal y como sucede con las relaciones
humanas, la relación entre un actor y su director se va desgastando con el
tiempo, es por ello que los directores recurren a distintos actores fetiche durante
diferentes etapas de sus carreras para que protagonicen sus estúpidas películas.
Como es el caso de Woody Allen quien en la primer etapa de su carrera tuvo como
actriz fetiche a Diane Keaton, luego Mia Farrow se convirtió en su protagonista imprescindible durante los ochenta y finalmente Scarlett Johansson en años
resientes se ha convertido en la intérprete de sus últimas perversiones o películas, mas no de su corazón como las anteriores dos.
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