Transcurre el año 2019 durante esta
ficción y puede que la civilización aún no haya evolucionado tanto en cuanto a
tecnología digital, sin embargo, poseen otros avances significativos como
malditos autos voladores o androides, también han colonizado la luna e intentan
lo mismo para nuestro sistema solar, además las barreras raciales fueron
quebrantadas pues hay imbéciles asiáticos por todas partes y como si esto no
fuera suficiente existen cómodos comercios casi en cada esquina donde es
posible examinar tejidos orgánicos e identificar a que especie pertenecen o tal
vez averiguar desde cual laboratorio fueron creados; ellos tienen estúpidas
esferas de plástico en las que pueden introducir sus cabezas húmedas para
secarlas después de ducharse, e incluso ciertas situaciones hipotéticas referentes
a la genética contemporánea son toda una verdad dentro de dicha realidad, ya
que estos futuristas de mierda no pierden el tiempo tomándose selfies. ¿Qué es
preferible? ¿Tecnología digital avanzada o lo que consiguieron estos hijos de
perra?
A principios del siglo 21 la Corporación
TYRELL llevó la evolución de los robots a la fase Nexus. ¿Qué demonios es
Nexus? Seres artificiales casi idénticos al ser humano mejor conocidos como replicantes.
Los replicantes Nexus 6 eran superiores en fuerza y agilidad, y cuando menos
equivalentes en inteligencia a los ingenieros genéticos que los crearon. Estos replicantes
de mierda fueron empleados como esclavos en el espacio con la azarosa tarea de
la exploración y colonización de otros malditos planetas. Sin embargo, luego de
un sangriento motín en una de las colonias espaciales perpetrado principalmente
por un equipo de combate Nexus 6, se prohibió que los replicantes habitaran la
tierra bajo pena de muerte. Fue entonces que escuadrones especiales de policía
denominados unidades Blade Runners, tenían órdenes de tirar a matar a todo replicante
que se encontrara en el planeta. A esto no se le llamó ejecución, sino retiro
maldita sea.
Un grupo de replicantes
psicópatas se ha escabullido alrededor de cierta metrópolis gótica, la cual al
parecer es una representación futurista de los Ángeles: donde inútiles luces brillan
por todas partes y edificios lanzan llamas hacia los cielos, incluso el
ambiente está repleto con publicidad de eficientes empresas japonesas ya que en
el futuro los japoneses hacen las mejores cosas. Dichos androides no pretenden continuar
siendo esclavos sino que desean alargar sus miserables existencias, pues tal
como los humanos primero piensan y luego existen. Harrison Ford será el Blade
Runner comisionado para llenar de agujeros a esos robots homicidas, durante
notables escenas con imágenes perturbadoras cuyo arte pertenece a ese oscuro
estilo al que llaman neo-noir o algo así, quién
diablos sabe. Una idea persiste en la memoria artificial de los replicantes: es
un martirio vivir con miedo. Ellos han visto cosas que los humanos ni se
imaginan y todos esos momentos se perderán en el tiempo como lagrimas en la
lluvia cuando la hora de morir llegue.
Ridley Scott es el cineasta habitual
director de filmes sobre ciencia ficción y mundos futurísticos, quien con "Blade
Runner" se apunto otro éxito más en su carrera junto a "Alien, el
Octavo Pasajero". Existen varias malditas ediciones de la cinta que
obedecen a intereses ejecutivos, pero sólo en la versión "Final Cut"
el buen Ridley Scott pudo hacer lo suyo con todas las libertades creativas. Un
futuro en decadencia es lo que nos espera si no hacemos algo por nuestro
planeta lejos de los preceptos que el capitalismo o el avance científico imponen,
es el mensaje percibido a través de esta película clásica postmoderna de 1982.
Pues, quiénes realmente sobrevivirán en este mundo cuando los dioses de la
biomecánica despierten.
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