Cine de Gánsters

La época dorada para el cine de gánsters se da en un mundo muy diferente al actual, en el que no existían las redes sociales o las computadoras, tampoco la televisión y mucho menos los videojuegos ni siquiera el cine a color, además los viajes al espacio parecían toda una ficción, es más ni el rock and roll existía y los gánsters eran como objetos voladores no identificados pues mucha gente afirmaba detalles sobre su colaboración en actividades ilícitas pero jamás podían corroborarla. Las mafias originales no traficaban con drogas sino con alcohol, y cuando todo andaba bien acudían al centro nocturno a bailar un charlestón. La época dorada de dichas películas se da a finales de la década de 1920 y a principios de la de 1930 donde el cine sonoro era ya una innovación, la gente solía ser elegante y Nueva York comenzaba convertirse en la capital del mundo moderno con gran influencia sobre la civilización actual.

Ser gánster es el lado oscuro del sueño americano y los villanos más comunes en el cine de mafiosos son los inmigrantes europeos (italianos,  judíos e irlandeses) quienes llegaron a la gran ciudad entre finales del siglo 19 y principios del siglo 20 para habitar en los suburbios. El éxito de las películas sobre gánsters durante la época de la gran depresión, se debe a que ellos representaban una maldita manera de atacar a un sistema que parecía no funcionar. Un gánster es un personaje fascinante, el cual sencillamente hace lo que quiere y toma lo que necesita con el único propósito de dejar atrás sus días como un donnadie para convertirse en alguien y al final paga por sus fechorías siendo acribillado en las calles salvajes.

Las primeras cintas exitosas sobre gánsters fueron producidas por la Warner: "Little Caesar" y "The Public Enemy" en 1931. Sin embargo, Howard Hughes quiso emular el éxito de Warner, y con todo su dinero y poder tarde o temprano iba a lograrlo con "Scarface" de 1932. Durante la década de 1930 se produjeron cientos de películas más, pero casi al final ya habían desaparecido debido a la censura impuesta por el gobierno.

Los filmes modernos sobre gánsters suelen ser muy pulidos con actuaciones sobresalientes las cuales en su mayoría homenajean a las primeras décadas del siglo 20 y a la maravillosa gran ciudad de aquel entonces, destacando películas como "El Padrino" de 1972, "El Padrino II" de 1974, "Erase Una Vez En América" de 1984 y "Buenos Muchachos" de 1990.

Con las historias de mafiosos e inmigrantes los pioneros del cine encontraron en la violencia o el crimen organizado una forma de atraer la atención de las masas y comercializar sus cintas, dejando un elegante legado de violencia para las décadas posteriores de cine.