En Norteamérica se comete un robo cada 11 segundos, un asalto a mano armada cada 65 segundos y un crimen violento cada 25 segundos; además hay un asesinato cada 24 minutos y 250 mujeres son ultrajadas diariamente.
Sylvester Stallone en uno
de sus papeles más rudos, y vaya que ha interpretado personajes duros el muy
bastardo. El agente Cobra debe contener con exceso de violencia a un grupo de
pandilleros mal vivientes quienes hablan sobre un nuevo mundo, y además asesinan
mujeres durante la noche e incluso cometen gran variedad de malditos crímenes impunemente;
ellos tienen cuchillos muy afilados maldita sea y también viajan sobre sus
estúpidas motocicletas causando pánico entre la población civil. Probablemente
sólo sean imbéciles que despertaron un día odiando al mundo, pero acaso eres tú
lo suficientemente rudo para observar la maldita película o quizá eres tan
cretino que humedecerías tus pantalones antes de terminarla.
Cobra es tan varonil e
indestructible que bebe un trago de cerveza antes de salir a cazar criminales,
o al menos eso es lo que hace al comenzar la película cuando uno de esos pandilleros
de mierda toma un supermercado y después amenaza con volar el lugar, pero él con
mucha seguridad le responde "Hazlo, aquí nunca hago las compras". Incluso
hubo una ocasión en la cual Stallone se disponía para asesinar a cierto patán
tal vez el líder de aquella estúpida comunidad criminal del Nuevo Mundo, cuando
el muy pusilánime comentó que el asesinato iba contra la ley, sin embargo,
nuestro querido y respetado agente Cobra le contestó "Aquí es donde
termina la ley y comienzo yo", luego antes de enviarlo directo al infierno también
le dice algo como "Tú eres la enfermedad y yo soy el remedio". Por cierto, durante
toda la pelí aparece un sujeto detestable quien siempre está cuestionando los métodos
de Cobra, no obstante, después de salvar el puto día nuestro héroe le lanza un gancho a la mandíbula y entonces lo manda al demonio, sí señor.
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