miércoles, 17 de julio de 2019

Cobra


En Norteamérica se comete un robo cada 11 segundos, un asalto a mano armada cada 65 segundos y un crimen violento cada 25 segundos; además hay un asesinato cada 24 minutos y 250 mujeres son ultrajadas diariamente.


Sylvester Stallone en uno de sus papeles más rudos, y vaya que ha interpretado personajes duros el muy bastardo. El agente Cobra debe contener con exceso de violencia a un grupo de pandilleros mal vivientes quienes hablan sobre un nuevo mundo, y además asesinan mujeres durante la noche e incluso cometen gran variedad de malditos crímenes impunemente; ellos tienen cuchillos muy afilados maldita sea y también viajan sobre sus estúpidas motocicletas causando pánico entre la población civil. Probablemente sólo sean imbéciles que despertaron un día odiando al mundo, pero acaso eres tú lo suficientemente rudo para observar la maldita película o quizá eres tan cretino que humedecerías tus pantalones antes de terminarla.

Cobra es tan varonil e indestructible que bebe un trago de cerveza antes de salir a cazar criminales, o al menos eso es lo que hace al comenzar la película cuando uno de esos pandilleros de mierda toma un supermercado y después amenaza con volar el lugar, pero él con mucha seguridad le responde "Hazlo, aquí nunca hago las compras". Incluso hubo una ocasión en la cual Stallone se disponía para asesinar a cierto patán tal vez el líder de aquella estúpida comunidad criminal del Nuevo Mundo, cuando el muy pusilánime comentó que el asesinato iba contra la ley, sin embargo, nuestro querido y respetado agente Cobra le contestó "Aquí es donde termina la ley y comienzo yo", luego antes de enviarlo directo al infierno también le dice algo como "Tú eres la enfermedad y yo soy el remedio". Por cierto, durante toda la pelí aparece un sujeto detestable quien siempre está cuestionando los métodos de Cobra, no obstante, después de salvar el puto día nuestro héroe le lanza un gancho a la mandíbula y entonces lo manda al demonio, sí señor.
   

Cobra de 1986, una de las películas clásicas más identificables entre las protagonizadas por el inquebrantable Sylvester Stallone, que combina el uso de violencia con un poco de velocidad, una que otra hermosura, algunos disparos retumbantes, bellas explosiones y algo de testosterona; jamás como el maricón soplapollas de Arnold Schwarzenegger, quien durante su carrera protagonizó extrañas comedias en las que su personaje quedaba embarazado, vaya masculinidad.                       

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