viernes, 19 de julio de 2019

El Giallo


Bellas y semidesnudas mujeres asesinadas de manera misteriosa por personajes sin rostro quienes visten de gabardina y guantes, para después asechar armados con navajas afiladas que brillan de forma sensual antes de atacar en medio de la oscuridad, sin duda alguna las características distintivas del giallo italiano durante la década de los setenta.


El giallo es un derivado del thriller mezclado con el cine de terror, y toma elementos de las novelas policiacas italianas impresas en las décadas de 1920 y 1930. Las producciones realizadas durante los años setenta tuvieron gran influencia sobre los slasher norteamericanos más adelante en los ochenta.


"La Muchacha Que Sabía Demasiado" dirigida por Mario Bava en 1962 es considerada el primer giallo de la historia y Mario Bava como el creador del genero. Sin embargo, durante la década de los setenta fue Dario Argento quien miro al futuro estableciendo nuevos fundamentos para el género en películas como "El Pájaro de las Plumas de Cristal" en 1970, logrando la popularización e internacionalización del giallo y convirtiéndose así en su maldito máximo exponente.                                                                                                                

El giallo italiano tuvo su auge en la década del setenta y algunas de las películas más representativas del género durante esta época fueron: "El Pájaro de las Plumas de Cristal" de 1970 y "Rojo Oscuro" de 1975 dirigidas por Dario Argento aunque también hubo giallos memorables de otros imbéciles directores como "Bahía de Sangre" de 1971 dirigida por Mario Bava, "Una Lagartija Con Piel de Mujer" de 1971 dirigida por Lucio Fulci, "La Tarántula del Vientre Negro" de 1971 dirigida por Paolo Cavara, "La Dama Rosa Mata Siete Veces" de 1972 dirigida por Emilio Miraglia y "Todos los Colores de la Oscuridad" de 1972 dirigida por Sergio Martino.                                                                                                                                     

Con la aparición de los slasher norteamericanos influenciados tremendamente por el giallo italiano a finales de los setenta, el giallo perdió su esencia y durante la década de los ochenta ese bastardo de Dario Argento finalizó con el género que el mismo creó al modificar los cánones para modernizarlo con la cinta "Tenebre" de 1982; a partir de allí existen pocos filmes de terror que pueden ser considerados como giallos verdaderos, destacan "A Blade in the Dark" de 1983 dirigida por Lamberto Bava y "Aquarius" de 1986 dirigida por Michele Soavi.                                                                                                                            

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