jueves, 29 de septiembre de 2016

BeetleJuice


¿Problemas con los vivos? ¿Morir es un inconveniente mas no la solución? ¿Infeliz con la eternidad? ¿Dificultades de adaptación?, llame a BeetleJuice el bioexorcista número uno del otro mundo, le pondrá los pelos de punta a aquellos vivos que habiten en su residencia; sólo tiene que decir su nombre una vez, dos veces y a la tercera BeetleJuice estará allí para deshacerse de esos molestos seres vivientes.


Adam y Barbará una pareja con cierto gusto musical algo anticuado, ellos pasan el tiempo en su nuevo hogar escuchando canciones de calypso interpretadas por Harry Belafonte, poco antes de morir durante un accidente automovilístico y regresar como malditos fantasmas. Sólo para percatarse de que ahora su casa está habitada por los Deetz, esa familia de incómodos excéntricos cuya hija Lydia es una pálida y tenebrosa adolescente quien tiene la capacidad de percibir a los fantasmas; así es ella ve gente muerta. Al no lograr atemorizar o ahuyentar de la residencia a esos excéntricos Deetz, Adam y Barbará contratan los servicios de un desagradable, molesto y mal oliente fantasma llamado BeetleJuice, autodenominado bioexorcista o sea que ahuyenta a los vivos de territorios habitados por fantasmas maldita sea.


BeetleJuice del año 1988 fue alguna de las primeras películas dirigidas por Tim Burton, en la que el cineasta pudo materializar su estilo visual gótico y humor negro, creando un mundo surrealista lleno de criaturas bizarras salidas directo desde su tenebrosa imaginación. Elementos que hicieron de aquella cinta una de las comedias más oscuras y exitosas durante su época, con un lindo mensaje sobre cómo vivir sin temer a la muerte pues al morir cualquiera podría partir hacia el otro mundo bailando maldito calypso.                                                                                                                 

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