jueves, 19 de septiembre de 2019

2010: El Año Que Hicimos Contacto


Durante el año 1999 un objeto negro de proporciones rectangulares mejor conocido como monolito fue localizado por cierta expedición norteamericana dentro del mar de la tranquilidad en la luna, dicho monolito enviaba señales hacia otro objeto en órbita alrededor de Júpiter debido a alguna maldita razón desconocida aún. En 2001 el U.S.S. Discovery tripulado por el comandante David Bowman, un copiloto y tres científicos en estado de profunda hibernación fueron para investigar en misión de reconocimiento, sin embargo, cuando la nave se aproximaba a las lunas mayores de Júpiter el computador Hal 9000 manifestó desperfectos e intentó asesinarlos a todos después de un episodio paranoico demonios. Únicamente sobrevivió el comandante cuyo paradero es desconocido aunque presumiblemente también murió, pues luego de desconectar a aquel perturbado ordenador abandonó la nave para investigar otro monolito gigantesco, y desde entonces nada más se ha sabido sobre él maldita sea.


Corre el año 2010 y el gobierno ruso prepara una nueva misión hacia Júpiter ya que muchas preguntas quedaron sin respuesta anteriormente, esos cretinos soviéticos han construido su propia maldita nave interplanetaria a la que nombraron Leonov, e intentan reclutar a tantos científicos norteamericanos como sea posible para esta difícil maniobra dado que sus experiencias del pasado podrían ser de gran utilidad. Entre ellos se encuentra el doctor Heywood Floyd antiguo presidente del consejo nacional de astronáutica y responsable oficial del desastre ocurrido en 2001, alguien debía ser culpado por lo sucedido así que se lo achacaron a él. Aquella insólita experiencia consiste en volver alrededor de Júpiter e interceptar al Discovery para reactivar el computador de la serie Hal 9000, y luego averiguar qué demonios fue lo que sucedió; aunque ambos gobiernos sean enemigos sus tripulantes no lo son, pues la búsqueda de la verdad los une.

  
El Leonov luce genial por fuera pese a que por dentro es ligeramente semejante a la nave de "Alien: El Octavo Pasajero", con excepción de los dispositivos para mando cuyos botones poseen todos los colores del maldito arco iris. Al examinar aquel imponente monolito este siempre presenta extraños comportamientos, antes ya habían intentado con lásers o detonadores nucleares y nada funcionó diablos; allí es cuando la cosa se pone interesante, pues la presencia fantasmagórica del comandante David Bowman como un ser atemporal con distintos rostros se vuelve constante; él viene para advertirles que deben retirarse cuanto antes pues pronto algo maravilloso sucederá. Finalmente cuando Júpiter se una con el misterioso monolito un nuevo sol surgirá cuyas lunas asemejan a los sistemas planetarios, ahora los hijos del hombre nacerán en un mundo con dos soles y los cielos nunca  serán conocidos sin ellos, sirviendo como recordatorio eterno para la humanidad de que hay vida allá afuera.                                                                                                                                           

"2010: El Año Que Hicimos Contacto" producida y dirigida por Peter Hyams director de "Capricorn One", además como protagonista está el sujeto rudo ese que también sale en "Tiburón". La pelí tiene buenos efectos e inclusive es apreciada entre quienes ya la han videado como un filme épico, aunque deja de lado el cine de arte para intentar con una fantasía futurista; a pesar de que la historia sea hasta cierto punto interesante por alguna razón incierta pocos saben de su existencia, quizá el mundo aún no necesitaba esa secuela para una de las cintas más icónicas que la ciencia ficción haya dado.                                                                                   

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