martes, 1 de noviembre de 2016

La Rebelión de las Máquinas


Es por muchos bien sabido que a Stephen King no le mola mucho cuando se hacen adaptaciones en cine sobre sus clásicos literarios, en otras palabras la visión que tienen los directores de cine sobre sus libros de horror no es de su total agrado. Así que un día Stephen King decidió adaptar y dirigir una película basada en cierta historia corta la cual él mismo escribió, y adivinen qué, esa película apesta. 

El 19 de junio de 1987 a las 9:47 horas la tierra pasó a través de la cola extremadamente fosforescente de un cometa llamado rhea-m, se calcula que el planeta permanecería allí alrededor de 8 días provocando como efecto que las máquinas cobren vida durante algunos días, y asesinen a las personas.


Teniendo como sonido de fondo el rock infernal de AC/DC banda favorita de Stephen King, esas malditas máquinas comenzaron a matar a la gente. Aunque la música de AC/DC hace que todo sea más cool, aquellos asesinatos dejan mucho que desear. Nunca había meditado sobre lo peligrosa que podría llegar a ser una máquina expendedora de bebidas, que durante la peli asesina al entrenador de un equipo de beisbol lanzándole botellas de aluminio; o qué me dicen de una aplanadora la cual literalmente aplastó a un adolescente, quien cayó de su bicicleta mientras intentaba escapar de la estúpida máquina expendedora de bebidas; tal vez esta última sea una muerte hasta cierto punto más coherente, pero demonios que muerte tan salvaje maldita sea.



Un grupo de personas consiguió escapar a la masacre y se refugió en un establecimiento de comida rápida con gasolinería incluida, no obstante fueron perseguidos y sitiados por un convoy de vehículos asesinos cuyo aparente líder es un tráiler que lleva al frente la cara del duende verde de 
"Spiderman"; por cierto el carro de los helados también se unió a esta persecución. Sin embargo, aquellos sobrevivientes son astutos y lograron destruir a esos vehículos infernales incluyendo al carro de los helados, con ayuda de un lanza proyectiles y unas cuantas metralletas. Al final ellos escapan sobre un barco mientras suena una loquísima canción de AC/DC, entonces unas letras aparecen en la pantalla las cuales dicen algo muy raro sobre cierto satélite meteorológico ruso casualmente equipado con un cañón laser y misiles nucleares, el cual destruyó a algún objeto volador no identificado y días después la tierra volvió a la normalidad.                                                                                                      

Suelo imaginar a Stephen King encerrado en un cuarto oscuro iluminado tenuemente por la luz de unas pocas velas, escribiendo sus libros infernales mientras escucha la maldita música de su banda favorita AC/DC para inspirarse; no es que me mofe de la música de AC/DC, pero creo que su música es demasiado buena para tan mala película. Stephen King es el mejor escritor dentro del horror, sin embargo, sus cualidades como cineasta están muy por debajo de directores como
 Brian De Palma o Stanley Kubrick quienes han transportado con éxito a la pantalla grande adaptaciones de los malditos libros de King.                                            

No hay comentarios.:

Publicar un comentario