Hubo una vez cuando alimentarse
era algo placentero ahora es sólo como ingerir aquel combustible necesario para
seguir viviendo, el mundo se convirtió en un lugar vacio y muerto donde el
doctor Robert Morgan interpretado por Vincent Price tal vez sea el único
maldito sobreviviente; todos murieron algunos años antes de 1968, pues cierto
virus misterioso los transformó en una especie de zombis vampiro quienes permanecen
inmóviles a la luz del sol. Cada día el doctor sale para exterminarlos
incinerándolos, otro más para el pozo es lo que suele decir en su mente;
durante las noches acostumbra observar viejas filmaciones familiares y reír
locamente frente al silencio o también escucha antiguos discos de jazz intentando
ignorar todo sobre aquellos fenómenos, quienes apedrean su casa protegida por
estúpidos collares de ajo y espejos, además gritan cosas poco amigables como
vamos a asesinarte Morgan.
Anteriormente Morgan era un
científico quien buscaba remediar dicho mal pero su hija fue contagiada y luego
destruida, entonces perdió la esperanza obsesionándose con encontrar alguna
cura; también su esposa sufrió el mismo maldito mal, aunque logró salvarla del
exterminio posteriormente intentó sepultarla mas pronto volvió a casa como una de
esos extraños zombies vampiro. Un día muy soleado encontró a otra persona y eso
lo animó un poco hasta cuando descubrió que era uno de ellos, pues esos
engendros hijos de perra han patentado cierta medicina para evitar
temporalmente los síntomas de aquel virus; y quieren matar a Morgan ya que
también son seres vivos quienes lo ven como un monstruo el cual les aniquila constantemente,
sin embargo, estos malditos fenómenos de la naturaleza desconocen aún que si se
meten con Vincent Price se meten con el mejor.
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