Ebenezer Scrooge es un viejo
mal nacido, avaro e infeliz quien no acostumbra celebrar la navidad, pues esa
inútil festividad para hombres de buena voluntad suele interrumpir importantes negocios
por realizar; también odia al único sobrino que tiene porque su hermana murió dándole
a luz, es pobre, y el muy inconsciente se casó con una mujer aún menos
afortunada; e incluso desprecia la caridad, ya que según Scrooge los niños
desamparados muriendo podrían ayudar a disminuir la población mundial; además en
plena víspera navideña uno de sus deudores intentó pedirle más tiempo para
pagar, pero Ebenezer se negó pues él no necesitó más tiempo para prestarle el
maldito dinero.
Quizá sólo haya sido una simple
indigestión, sin embargo, durante la noche del 24 de diciembre aquel que en
vida fuera su socio se manifestó para prevenir a Scrooge sobre la inminente visita
de tres espíritus; el de las navidades pasadas, presentes y futuras. Posteriormente
conoceremos como antes de volverse un hombre de mente mundana, Ebenezer Scrooge
alguna vez creyó que el dinero no lo era todo; pero el mundo estaba
convirtiéndose en un lugar duro y cruel, entonces había que ser de acero para
sobrevivir a la ambición de otros. También sabremos más sobre el pequeño Tim,
cuyo padre es explotado por el personaje principal de este cuento; haciéndole
trabajar todo el día aprisionado en algún frío escritorio. Además estaremos
presentes en el mañana inminente acompañando a las sombras de las cosas que
serán o que tal vez pudieran ser.
Existen muchas otras adaptaciones sobre aquel popular cuento de navidad conocido por algunos simplemente como "Scrooge", aunque sólo este filme estrenado durante 1951 es la única maldita mejor versión no animada del clásico literario escrito por Charles Dickens. Alastair Sim es genial haciendo de Ebenezer Scrooge; es esa manera tan especial en que gruñe, se asusta, grita e inclusive al bailar y toda la cosa. Una historia proveniente desde aquellos lejanos tiempos cuando la miseria contrastaba todavía más con la opulencia, mostrando así que el mundo puede ser cruel con los pobres pero también con los pudientes.
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